Dolores Leis

"No importa cuán lentamente avances mientras no te detengas"

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OKUPAS

Imagen: habitación en alquiler (internet)

No sabe cuándo su casa se convirtió en motel.

Todo empezó con el mensaje de un conocido que le pedía alojar a su primo que viajaba a conocer el país. Olvidaron decirle que esa visita no llevaba boleto de vuelta.

El susodicho invitó a un amigo al que habían echado de su apartamento, sólo serían unos días, hasta que encontrara alojamiento, total, la habitación tenía dos camas y apenas la usaría más que para dormir.

La novia del amigo empezó a venir de manera frecuente, nunca se topaban, pero sus braguitas en el tendedero indicaban que se iba posicionando poco a poco. Tras descubrir manchas sospechosas en su cama, decidió mudarse al cuarto que había junto a la cocina, allí, teniendo en cuenta sus dimensiones, no invadirían su espacio. Dos días después se cruzaba con ella a diario camino de la ducha.

Con una cama libre en la habitación del primo y no acostumbrándose a la soledad tras el abandono del amigo, adoptó un perro y dos gatos callejeros que compartían colchón y plato con una jovencita de rastas que decía ser su dueña. Los ruidos nocturnos indicaban no sólo lo era de los animales.

Imagen: Tala

Religiosamente, una vez al mes, encontraba un sobre con dinero debajo del microondas, nunca una cantidad fija, pero siempre la suficiente para cubrir los gastos.

Cuando enfermó, el primo le traía en la tarde pan reciente con mantequilla y la joven de rastas le preparaba el café en la mañana antes de abandonar el piso con destino quién sabe dónde, situación que aprovechaban los animales para acurrucarse junto a ella y hacerle compañía en las largas horas en que la casa se empapaba de silencio. A mediodía el amigo se escapaba del restaurante en el que trabajaba y dejaba sobre el velador un plato del menú que, en complicidad con el cocinero, sacaba a escondidas del local.

Era agradable saberse cuidada. Tanto que denostara cuando la casa se fue poblando de inquilinos y ahora no la concebía sin ellos, el día que se fueran de su lado, de seguro, las paredes se desmoronarían.

Apenas unos minutos que llenaron cientos de ellos en los noticieros.

7,8 en la escala de Richter.

Dolores Leis Parra

PACTO ENTRE CABALLEROS

Tarot del Círculo Sagrado (El Diablo)

Cuando haces una presentación literaria

pactas con dios y con el diablo,

aunque sepas que el diablo no lee

y dios no escucha a los justos.

Bienaventurados los que escriben,

con buenos amigos

comerán de la generosidad del lector.

Dolores Leis Parra

INTERESTELAR

Bebimos de la fuente,

fuimos río.

Aeronautas de un cielo

aún por descubrir.

Petróleo en la sonrisa

Cazadores de lunas

la última noche de verano.

Habitamos galaxias que dormitan

a millones de años luz.

Dolores Leis Parra

Imagen: archivo de internet

UN NUEVO DÍA

Despierta en ronroneos,

brilla la noche entre los párpados.

Te asombra la agilidad de su mañana

en los ramajes que pueblan el jardín.

Desnudo de flores y asfalto

regresa reclamando cariño,

un nuevo día se abre frente a ti.

Café y cigarro,

hoy es el día del poema

que incita a la revolución.

Los minutos desmigan los versos,

la rebelión, desde el papel,

es pura anécdota.

Dolores Leis Parra

GENERACIÓN PERDIDA

No somos las mujeres que soñaron nuestros padres.

Somos palomas negras despreciadas por distintas,

inadaptadas en una sociedad que busca mutilar sus alas.

Las que por más que caminen jamás llegan a la cima

y aun con las botas destrozadas siguen presentando batalla.

A las que enseñaron el respeto sin ser respetadas.

Mujeres de escoba y puchero con niños colgando en la cadera,

repartiendo codazos para subir al tren del progreso.

Generación perdida en dos mitades de siglo

buscando hacerse un sitio entre el ayer y el mañana.

Siempre a deshora con el fluir del tiempo.

Dolores Leis Parra

MUJER QUE SE CONOCE A SI MISMA

Eres simple mortal

que tropieza y cae

recogiendo sus cenizas

para seguir adelante.

Ni Virgen ni Mártir.

Eres la que ven

a un lado del camino

en la orilla del viento

o las sombras de la noche.

Ni Bruja ni Santa.

Eres mujer

al límite del tiempo

que por más que intenten

jamás podrán etiquetar.

Dolores Leis Parra

Fotografía: Cerros de Talagante (2023)

PRELUDIO

Quiero escribir

sobre tu espalda desnuda.

Engarzar versos

en cada uno de sus lunares.

Recorrer el mapa

que me conduce al deseo.

Lienzo virgen esa piel

que profanen mis dedos.

Dolores Leis Parra

Imagen: Archivo de internet (sin datos de título y autor)

Encierro

Caí en el sueño de los tristes
de los desamparados,
en la soledad de una copa de vino,
en el humo que se escapa
por el patio de una comunidad de vecinos
que jamás se asoma a la ventana.

Soy el poeta fracasado de tus versos incipientes,
un nombre sin lápida
desmigando amor a los gorriones,
a los perros ajenos,
al nido de palomas,
al gato imaginario que un día
paseó por la plaza de la infancia y el recuerdo.

Dolores Leis Parra

El Loco y el Mundo


Ilustración: Zomí

Desaprender lo aprendido, desandar los pasos. Ir de la meta al inicio, del Mundo al Loco.
Desprenderse de lo impuesto, de los tesoros heredados, de las palabras nunca dichas.
Cometer errores, nuevos, por supuesto, no vale repetir.
Aprender de lo desaprendido y andar lo desandado en busca de la nueva senda. Volver al principio con la inocencia del Loco que te habita y en más de una ocasión has querido asesinar.
Desaprender, desandar, partir desde el viento al agua, del agua al vientre, del vientre a la matriz, de la matriz al óvulo y el esperma.
Dejar nuevas huellas, borrarlas para no perderse.
Viajar del Mundo al Loco y después, renacer.

Dolores Leis Parra

El beso de Marte

Si el mar está calmado
no pongas rumbo hacia la costa
rodéate de olas que amurallen el corazón
haz crecer un foso entre tú y las rocas.
No prestes oído a los cánticos del faro,
su melodía siempre engaña a los incautos,
ni permitas que te deslumbre la luz
que envuelve a las sirenas,
te obligarán a encallar en el latir de su cabello.
No dejes que la brújula enloquezca
Marte está demasiado escondido
para encontrarlo sin ayuda de unos versos.

Dolores Leis Parra

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